“Hoy las posibilidades de aprender se expandieron, al alcance de un click”
BURSAL
La atención y la motivación es terriblemente difícil de mantener. Entonces la necesidad de replantearnos los contenidos es imperativo.
Cuando vamos para un curso presencial nos disponemos en mente, cuerpo y espíritu para aprender, y si estamos en modo virtual a veces ni siquiera nos cambiamos la ropa de dormir.
Una clase virtual empieza con la predisposición para aprender.. por eso es necesario desarrollar introducciones interactivas, donde todos nos sintamos parte de la actividad.
Los monólogos del profesor en virtualidad son una tentación para no atender y poner la mente en modo suspensión al más aplicado estudiante.
Porque tenemos que aprender lo que damos, del tema a aprender, se deberá mantener como premisa en la mente del profesor a la hora de proyectar su contenido, pues la motivación debe ser un factor positivo al aprendizaje. «Lo que sentimos, aprendemos».
Los espacios para el debate en mini salas por grupos son una muy buena estrategia para al pensamiento critico. Zoom y otras aplicaciones permiten crear mini salas.
Incluir también evaluaciones diagnósticas continuas son importantes para asegurarnos que el contenido dado fue entendido.
Utilizando preguntas poderosas podemos hacer reflexionar cual es el aporte personal dentro del tema aprendido, y cuanto más puede ejercer o practicar en su día a día el alumno.
Por ello es muy importante compartir espacios de aprendizaje sincrónico ( interactuar en el momento (o “en vivo”) y asincrónico (actividades plataforma), pero alineados.
La calidad del aprendizaje dependen de una buena planeación y diseño
¿Entonces lo virtual es mas difícil? Requiere de estrategias y recursos diferentes que el aula presencial, es una adaptación que llego para quedarse.
Lic., Raquel Rojas, Bursal